Bajo el espíritu de economía circular, el gobierno francés prepara una nueva norma que obligará a los productores a reciclar o donar aquello que no se vende. La nueva legislación pretende ampliar la lista de productos gravados con la tasa ecológica y obligar a los fabricantes a incorporar un mínimo de materiales reciclables.

Será una medida que buscará acabar con un “despilfarro escandaloso”, el de los millones de productos no alimentarios —desde ropa a productos higiénicos y cosméticos o electrodomésticos— que cada año son destruidos porque no se venden. Francia pretende prohibir a partir de 2023 esta práctica, ampliando así una medida que ya se aplica a los alimentos.

En lugar de tirar y destruir, reciclar o donar.

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